DOCE INDESEABLES – José Luis Martín Vigil

José Luis Martín Vigil nació en 1919 y estudió Ingeniería Naval, entre otras, lo que explica muy bien todo su vocabulario en cuanto a barcos se refiere y hace mención en el libro. Como curiosidad, decir que fue ordenado sacerdote. Lo tienen como un autor bastante peculiar.

Siempre me han atraído las historias de chicos conflictivos, aunque he de admitir, que más en la pantalla que en los libros. Pero cuando me encontré con esta obra de pura casualidad y a un precio más que accesible, me dije ¿por qué no comprarlo?

No tardé mucho en comenzarlo a leer, y teniendo en cuenta que, además de los chicos conflictivos, me atraen también los libros sobre barcos y aquí hay lenguaje marinero, enseguida me dejé llevar por esta historia a través de las distintas rutas marinas.

Germán es un profesor de instituto que para evitar la expulsión de los chicos más conflictivos, criba que realizan todos los años, se lleva a doce de ellos a pasar el verano con él a su barco. Todos son chicos con distintos problemas: el ladrón, el camello, el gay, al que le gusta meterse en peleas, al que le gusta fugarse… y todos ellos deberán convivir juntos en ese barco mientras estudian, realizan las tareas típicas de marineros y también salen de fiesta.

Al terminar el verano, el profesor debe conseguir que cierto porcentaje de ellos quiera asistir a clase, sino, él mismo será expulsado, ¿conseguirá Germán a este rebelde grupo?

A lo largo del libro, se van descubriendo las historias de estos jóvenes y cómo Germán, utilizará toda su sabiduría y su psicología para intentar hacerse con ellos, y algunos no se lo pondrán nada fácil.

Al leerlo, hay que tener en cuenta en la época en la que fue escrito, allá por los ochenta, época con algunas diferencias a la actual.

Conclusión final: aunque la forma de escribir es sencilla, hay dos contratiempos al leerla: la época a la que pertenece y, sobre todo, las palabras referentes al barco que se utilizan, que si no se conocen resulta a veces algo complicado seguir, aunque para eso, yo siempre digo que están los diccionarios. Los personajes son arquetípicos, y, aunque tengan sus problemas, no son chicos malos, solo son chicos con vidas duras. La historia también es bastante típica, pero no por ello se hace desmerecer. En su conjunto, es un libro que se puede leer y te deja buen sabor de boca, y siempre te reconcome la duda de sí realmente el profesor conseguirá su objetivo.

PUNTUACIÓN GENERAL (sobre 10): 6