MANZANAS BLANCAS – Jonathan Carroll

Jonathan Carroll es un autor al que tratan de inclasificable por su rareza y originalidad.

Al leer la sinopsis, no me pareció más extraña que otras y, ni siquiera, me llamó verdaderamente la atención; pero a pesar de todo, me puse a su lectura.

Vincent Ettrich es el típico eterno mujeriego que tan sólo ha estado enamorado de una mujer en toda su vida: Isabel, una mujer muy especial que nunca pretendió atarse a él.

Pero, de pronto, Vincent descubre que ha muerto y ha vuelto a la vida, y lo que es más, con un cometido muy claro, y es que tiene que enseñar al hijo que espera Isabel, todo lo que ha aprendido en el más allá para poder salvar al Universo. Solo que hay una pega: no se acuerda de nada.

Los títulos de los capítulos ya resultan cada cual más raro y el contenido no es menos. Para leer esta obra hay que tener una mente abierta a cualquier teoría absurda o sobresalto totalmente irracional. A través de metáforas y situaciones estrafalarias, el autor va tejiendo una intrincada madeja que parece no llevar a ninguna parte, pero que en realidad, nos va a llevar a la resolución de toda la historia.

Las teorías de la muerte y de todo lo que ello conlleva me han resultado más que interesantes y, realmente, dan mucho que pensar sobre esa visión tan particular de ella.

Es una historia donde todo tiene sus consecuencias. ¿El pasado se puede cambiar o simplemente podemos ser meros visitantes de él? ¿cada cosa que sucede en el Universo está enlazada con otra? ¿debe existir el caos para que todo tenga una razón de ser y esté perfectamente equilibrado? ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para salvar a la persona que amamos?

Todas estas preguntas y muchísimas más, son explicadas, a su manera, en esta rara e interesante historia.

El final, he de decir, que me lo esperaba más espectacular, más a la altura del resto del libro, ya que me dejó un poco con la sensación de: ¿y así termina todo? Pero fue totalmente inesperado, lo cual juega en su favor.

Conclusión final: una obra muy original. La forma en que está narrada es sencilla pero de una estética muy cuidada; los personajes son muy complejos, son capas y capas de una cebolla con los que da la sensación que nunca se llegará al final; una obra delirante pero asombrosa por su extravagancia.

PUNTUACIÓN GENERAL (sobre 10): 6.5