miércoles, 30 de mayo de 2012

A2. ENTREVISTA A VÍCTOR MARCHÁN

¿Qué es A2?
A2 es una inciativa conjunta de MaryLin de "Los Libros de la Bruja" y de Sarah Degel de "Yo soy bibliófila" con el fin de dar a conocer a diversos autores, sobre todo noveles, y sus obras. Cada semana colgaremos una nueva entrevista preparada por ambas.

Una de las últimas novedades de Editorial Amarante es una novela negra titulada: Aquel otro Asunto, lectura que me causó verdadera curiosidad y de la que podéis conocer más, aquí.
A partir de la entrada que hice sobre ella, tuve la oportunidad de entablar una conversación a través de mail con el autor y de aquí surgió la entrevista que hoy os presento.
Aunque no he leído la novela de la que os he hablado anteriormente, sí he tenido la oportunidad de leer algunos de los relatos que cuelga en su blog y podéis leer aquí.

Sin más, damos paso a esa entrevista, espero que os guste.

Es para nosotras un placer entrevistar a un autor con estilos tan particulares, curiosos y singulares. Con una manera de escribir muy creativa e impactante que, desde luego, no deja indiferente.
Desde aquí, te damos la bienvenida y esperamos que disfrutes con nuestras preguntas y propuestas.



-Al escribir, te gusta hablar de música, ¿tocas algún instrumento?
-No, no toco ningún instrumento. Pero siempre que me siento a escribir escucho algo de música. De hecho, no puedo empezar sin un café al lado y sin que la música lleve sonando un buen rato.

-¿Tienes discos de vinilo? Si es así, ¿cuál es al que más aprecio le tienes y por qué?
-Uf, ¿dónde estarán mis vinilos? No, no escucho vinilos desde hace demasiado tiempo.

-Dentro de la literatura, estás vinculado al movimiento Pulp y a la Patafísica, ¿podrías contarnos en qué consisten y cómo llegaste a ellos?
-A la patafísica llegué gracias a un fantástico libro de Boris Vian titulado “El otoño en Pekín” y de inmediato me sentí atraído por esa “ciencia de las soluciones imaginarias” que no cree en reglas sino en excepciones. Respecto al pulp llegué gracias a otros autores; aunque este género es algo más ecléctico.
(No teníamos ni idea de la existencia de estos movimientos, siempre es un placer descubrir algo nuevo)

-Participas en la Revista Pulp, que es atrevida y transgresora. ¿Qué nos cuentas de ella?, ¿en qué consiste tu colaboración?
-Es una muy buena publicación, gratuita y sin pretensiones de sentar cátedra o ser referente, pero muy trabajada y con escritores e ilustradores realmente buenos. Mi colaboración… Bueno, escribo relatos y ellos hasta ahora han tenido a bien publicármelos, que para mí es todo un honor, ya que llegué a ellos precisamente porque me atraía su publicación.

-Bukowski ha sido un escritor muy influyente, sobre todo en el denominado realismo sucio que también está patente en tus obras y relatos. ¿En cuál de ellas dirías que se nota más su influencia y por qué?
-Es complicado, ya que la primera vez que un editor me llamó (unos cuantos años atrás) yo aún no había leído a Bukowski y, sin embargo, me comentó que lo que le había enviado le parecía muy bukowskiano. Obviamente, lo primero que hice al día siguiente fue ir a por algo de Bukowski y, desde entonces, he de confesar que soy un incondicional de su obra.
(A veces pasa, te dicen, escribes como tal o cuál y ni siquiera los conoces o has oído hablar de ellos de casualidad)



-Hemos intentado buscar información sobre Diario Íntimo de Ernesto Gruffot y no hemos encontrado la sinopsis por ningún lado, ¿de qué trata esta novela corta?
-Se trata de los diarios de un escritor incapaz de asimilar tanto el éxito como el fracaso. La verdad es que me salió un personaje bastante desquiciado.
(Adoramos este tipo de personajes, tiene muy buena pinta)

-He tenido la oportunidad de leer tu relato El Ojo en la Sopa, publicado en el libro + Relatos + Autores junto a otros escritores y me ha gustado, sobre todo, su humor negro. Si fuera la muerte a buscarte, ¿intentarías engañarla para sobrevivir? Sí es así, ¿de qué manera?
-Me temo que la muerte se sabe todos los trucos. Pero supongo que trataría de ganar tiempo invitándola a una cervecita en lo que nos echábamos un cigarro y charlábamos un poco. Ya sabes, en plan informal; recostados en el sofá y con los pies encima de la mesa.
(Nosotras quizás lo intentáramos al estilo de Sobrenatural o similar, pero tu opción tampoco está mal si tuviésemos que rendirnos)

-Cuestión de Inercia, Mereció la Pena y Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis son los tres relatos que aparecen en Algo que decir VIII. ¿Por qué elegiste esos tres y no otros?
-Quise colaborar con esa publicación aportando tres relatos radicalmente distintos. “Cuestión de inercia” es una historia que, pese a que al principio pueda no parecerlo, habla del amor; “Mereció la pena”, por el contrario, es un relato bastante canalla… y “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” habla (en un marco muy exagerado) de cuando las situaciones nos sobrepasan. También quise, en este último, hacer un pequeño homenaje a Alfred Jarry (el padre de la patafísica).

-Licencia Poética Número 1 es otro de tus relatos publicados en otro libro, en este caso, titulado Relatos de tus Poemas. En este relato, además de la 1, hablas de la licencia número 8, la 43, la 76, la 83 y la 98. ¿Nos contarías alguna licencia más?
-Tal vez la que podríamos considerar como la número 2: “Cuando el protagonista se quede obnubilado mirando a los ojos de su amada, se dirá que tal personaje se perdió en sus ojos; a menos que ella sea tuerta, lo cual podría dar lugar a confusión”. No me gustan los clichés y los lugares comunes en la literatura.
(Piénsate sacar un libro con todas las licencias poéticas, sería muy interesante, ¿no crees?)

-Pull my Daisy fue el relato ganador, junto a otros de dos autores, del concurso de relatos de Beatitud donde había que escribir sobre la visión de Beat Generation. ¿Podrías contarnos un poquito qué es Beat y qué visión das tú en tu relato?
-La generación Beat aportó, entre otras muchas cosas, un aire nuevo, fresco y con ritmo a la literatura. Yo quise escribir un relato que diese una visión de cómo algunas de esas obras, en este caso el “Almuerzo desnudo” de William Burroughs (que, en el relato, se queda a vivir bajo mi fregadero), han influido en mí. También lancé un guiño a esa polémica, bastante artificial, acerca de si Bukowski puede ser considerado, o no, beat. Para mí no.

-¿Por qué elegiste la editorial digital Amarante para la publicación de tu última obra: Aquel otro Asunto?
-Creía que mi obra podía encajar en su línea editorial. Obviamente eso no suele bastar para que una editorial termine publicándote, de modo que más bien fueron ellos quienes me eligieron a mí. Y desde aquí le doy las gracias.

-Una actriz porno, un escritor de bajo perfil, una historia de amor y otro asunto son los ingredientes que conforman Aquel Otro Asunto. ¿Por qué una película porno y no otra de otro género es una de las protagonistas de esta historia?
-Es una crítica, muy poco velada, al mercado editorial. El morbo y el sexo venden mucho y rápido, que es lo que buscan muchas editoriales.

-En tu blog, donde además pueden leerse todos los relatos de los que hemos ido hablando y algunos más, nos encontramos con una cita de M. M. Bajtín que dice: “Un hombre permanece vivo por el hecho de no estar aún concluido y de no haber dicho todavía su última palabra”. ¿Crees que cuando uno muere, ya ha cumplido esta premisa?
-Lamentablemente no, pero creo que ayuda a seguir.

-¿Te atreves a escribir un relato (algo más cortito que los que hay en tu blog) donde aparezcan elementos de las siguientes obras (puede ser un personaje, una ciudad, una situación…): Diario Íntimo de Ernesto Gruffot, + Relatos + Autores, Aquel otro Asunto, Algo que decir VIII y Relatos de tus Poemas.
-Acepto el reto, jeje.

BEBÉ MUERE ENGULLIDO POR SU PROPIO PAÑAL


El detective Fernández-Marcote esbozó una mueca de desagrado en cuanto escuchó, al otro lado del teléfono, la voz aguda de su superior. Tal y como solía hacer cada vez que le tocaba soportar estoicamente sus reproches se limitó a responder con monosílabos (mayoritariamente afirmativos) y, a la menor oportunidad, le colgó. Pero esta vez la mueca se quedó adornando su rostro más tiempo del acostumbrado.
Y es que las últimas semanas habían sido una auténtica locura; cada nuevo caso que se les presentaba en comisaría era más rocambolesco que el anterior, de modo y manera que habían entrado en una espiral ascendente de sucesos extraordinarios que les sobrepasaba y, según palabras de su jefe, «les dejaba en evidencia ante la opinión pública».
Si preguntáramos en qué momento se podría fechar el comienzo de esta espiral, tal vez nuestro protagonista respondería que todo empezó con una serie de asesinatos que la prensa bautizó como “El caso del cornudo del bate de béisbol”. Veintitrés asesinatos en veintitrés días. Todas las víctimas eran varones y murieron tras recibir una brutal paliza en la que nunca faltaron tres o cuatro golpes de bate en la cabeza. Y, pese a que todos vivían en Madrid, no parecía que hubiera absolutamente ningún nexo entre ellos. Al final, y de casualidad, salió a la luz que absolutamente todos se habían tirado a la mujer del que finalmente resultó ser uno de los asesinos más prolíficos de la historia criminal nacional. Todos se congratularon de atrapar tan pronto al culpable ya que, como se demostró en el juicio, el hombre apenas había comenzado su venganza y ya se disponía a ir a por aquellos que residían fuera de la ciudad e incluso del país (ya había comprado los billetes de avión para Argentina, Italia, Egipto y Tailandia).
Pero la alegría duró poco y en pocos días se le amontonaron sobre la mesa: Primero, el asesinato de una actriz porno (que de particular tenía poco, pero atrajo a la prensa como la miel a las moscas); después la desaparición de un hombre (del cual apenas se logró encontrar un ojo… flotando en un plato de sopa de sobre) y, para rematarlo todo, un extraño fenómeno relacionado con una brecha en el continuo espacio-tiempo que no sólo traía de cabeza a la comunidad científica, si no que había obligado a todo el mundo a cambiar de hora el reloj.
Todos esos casos estaban aún por resolver, pero el más complejo de todos se le había presentado a nuestro detective apenas unas horas atrás. Se trataba de un bebé que había sido engullido por su propio pañal.
Fernández-Marcote encendió un cigarro y repasó mentalmente los detalles del suceso: Una madre saca a su hijo, de apenas unos meses de edad, a dar una vuelta por el Retiro, en un momento dado se sienta en un banco, saca al bebé del carrito y se dispone a darle el pecho; pero antes de que ella esté lista para alimentar a la criatura, esta desaparece entre las fauces del pañal.
Tras dar unas pocas caladas nuestro detective apagó su cigarro a medio fumar y analizó cómo estaban las cosas en ese preciso instante:
La madre permanecía en observación psiquiátrica tras sufrir un ataque de ansiedad, los testigos (tras prestar declaración) se habían suicidado y el pañal estaba arrestado en los calabozos.
Volvió a sonar el teléfono y, tras dudar, se decidió a descolgar. El pañal se había fugado y había cogido en su huída a un rehén. Afortunadamente lo tenían rodeado en los aseos de una cafetería cercana.
«¡Su puta madre! ¿Ha puesto condiciones?»
«Quiere más bebés.»
«Dejen esos aseos como un colador. Disparen a discreción.»
«Pero señor, el rehén…»
«¿Quién es?»                                            
«¿El rehén? Un escritor de poca monta. Un tal Gruffot.»
«Dejen esos aseos como un colador.»
(Jajajajaja, esperamos ser todos pues unos buenos escritores porque si no... no nos espera nada bueno, sobre todo si hay un pañal engulle-bebés)

-Esperamos que sigas escribiendo relatos, novelas y en tu blog para que podamos irte leyendo aquí y allá. Y te deseamos mucha suerte.
-Gracias por vuestro interés. Un abrazo.

1 comentario:

  1. Felicidades por la entrevista, Sarah. Parece un escritor interesante, y Bukowski también es uno de mis favoritos.

    Un saludo.

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